domingo, 28 de noviembre de 2010

Tarrasa

Hace una semana estaba en Tarrasa, como jurado del Concurso Montserrat Alavedra. El nivel fue muy alto, con grupos de gran interés y proyección.
Hubo una gran cordialidad con mis compañeros: Pep Borrás, Mireia Barrera, Víctor Estapé y Evelio Tieles. Volví a encontrarme con personas queridas de Tarrasa como el compositor Enric Ferrer y María Cardellach, directora de la Obra Social de Caixa Unnim, patrocinadora del concurso.
María está casada con Salvador Cardús, del que he leído varios libros sobre educación y con el que pude hablar a lo largo de estos días.

Con Salvador Cardús

Con Pep Borrás, Mireia Barrera, Evelio Tieles y Víctor Estapé

martes, 23 de noviembre de 2010

Hoy

Recuerdo a mi padre llevándome a mi primera clase de música. Yo era un niño, claro, pero tengo en la memoria algunas palabras, algunos nombres que él pronunció: "le encanta y además toda la familia de mi mujer está llena de músicos", algo así dijo con el timbre de su voz que ahora escucho exactísimo. Ese día comenzó todo. Y esa ilusión no ha hecho más que aumentar con el paso del tiempo, ese amor por la música adquiere una intensidad mayor a cada paso, en cada nuevo descubrimiento, en cada nueva partitura. Hoy me han concedido el Premio Nacional de Música, y creo que sólo puedo merecerlo por esa pasión irrefrenable. Hace poco le dije a Luis García Vegas que me parecía estar empezando a descubrir algunas cosas del piano. Algunos detalles, pequeños, nada más. Creo que me encuentro en el principio de un camino muy largo y maravilloso. Pero estoy sólo en el comienzo. Por eso este Premio me emociona y me abruma. Porque algunos podrán pensar que sé algo importante sobre música. Y cuando esta tarde me entrevistaban una y otra vez, no podía dejar de sentir una extrañeza próxima al desasosiego. Cómo explicarles, sin aparentar el horror de la falsa modestia, que no soy un "gran pianista", ni un "experto en música contemporánea", ni todas esas frases que decían sobre mí. Pero lo cierto es eso. Soy únicamente una persona enamorada de la música, de su auténtica vocación.
Hace casi un año, estrené 22 obras en el Auditorio Nacional de Madrid. Quise rememorar a Ramón Barce, dedicarle un concierto en el primer año de su muerte, ya que nada más podía hacer por mi inolvidable amigo, tan generoso y tan sabio. Todos los compositores participaron desinteresadamente, movidos por el afecto y la amistad. Hoy Ramón me devuelve el regalo, porque este Premio tiene mucho que ver con ese día.
Siempre he creído que nada hay más estimulante para un intérprete que estudiar las obras con sus creadores y difundirlas. Que esto merezca un premio, es un gozo inmenso. Y, sobre todo, ver cómo muchas personas se han alegrado por ello.
Muchísimas gracias.

martes, 16 de noviembre de 2010

Plasencia

Ayer di un concierto en Plasencia, dentro del Ciclo Chopin-Schumann.

Allí pude ver a José-María Baz, antiguo profesor mío en el Instituto de Medina de Rioseco. También, a un compañero de estudios en Madrid, Fran, que es profesor del Conservatorio de Plasencia.

Antes -y después- Álvaro y yo pasamos por Béjar, para ver a nuestro amigo Luis-Felipe Comendador. Una visita rápida, como él ha contado.