jueves, 28 de junio de 2007

Emilio Lledó


Leo una preciosa carta que me envía Emilio Lledó, a propósito de mi libro El tiempo incinerado. Siento una enorme sorpresa y una gran alegría por la opinión que ha merecido mi diario a un maestro como él.
Muchísimas gracias.

domingo, 24 de junio de 2007

Educación

En mi cuaderno de notas, una curiosidad: Aristófanes: “Educar a los hombres no es como llenar un vaso, es como encender un fuego”. Plutarco: “El cerebro no es un vaso por llenar, sino una lámpara por encender”. Montaigne: “Un niño no es una botella que hay que llenar, sino un fuego que es preciso encender”. Yeats: “La educación no es llenar el cubo, sino encender el fuego”.
(El tiempo incinerado)

martes, 19 de junio de 2007

Carlos Monsiváis


Leo Las alusiones perdidas, de Carlos Monsiváis, un autor que, según Octavio Paz, es "un nuevo género literario". Esas "alusiones perdidas" son todas las referencias que la ignorancia y el analfabetismo desprecian hasta hacerlas desaparecer: las alusiones históricas, literarias, que se constituían en un cimiento común desde el que reflexionar.

viernes, 15 de junio de 2007

La melancolía de los inocentes


“La injusticia no es difícil de soportar cuando son otros quienes la sufren. Uno asume enseguida el dolor que no experimenta”. Este es el comienzo de La melancolía de los inocentes, una novela de Jean-Pierre Milovanoff, donde la memoria no sólo sirve como soporte de la narración, sino que le presta su auténtico sentido. Victorin Jouve recuerda la historia de su familia, llena de personajes peculiares y algunas ausencias que nunca dejarán de obsesionarle: “Le digo esto para que comprenda cómo soy y para que no concluya demasiado rápido que uno se acostumbra a la ausencia. Uno jamás se acostumbra a ella. Se soporta como se puede, lo cual es muy distinto. La hacemos nuestra, la incorporamos a nuestras vidas, dejamos que nos habite, que nos ocupe. Se vela y duerme con ella. Si logras olvidarla gracias a los calmantes, al despertar, resurge con fuerza renovada. Tan pronto hace el vacío en nuestros cerebros impidiéndonos reaccionar como nos transporta a un paraíso enlutado, sustraído a la vida, más insaciable que el otro”.
(El ausente lo modifica todo, se convierte en la referencia que mide los actos más comunes y los sucesos extraordinarios. Mi padre se proyecta sobre mí con una intensidad superior a cuando estaba vivo, de una forma consciente y absoluta. El amor de quien ha muerto no deja de crecer, se fermenta y consume, despojado de vanos adornos que limitan y mienten.)
Victorin Jouve vuelve constantemente a su pasado, y pese a saber que no es posible hacer ese trayecto sin cambiar nada, intenta ser riguroso con la verdad, para no cometer ninguna traición con una familia que no tendrá continuidad tras él.
(Razón y desencanto)

miércoles, 13 de junio de 2007

Miguel Frechilla


Rítmica, dinámica, pedal, de Karl Leimer, fue el libro que Miguel Frechilla, al finalizar nuestra primera clase, sacó de las estanterías de su biblioteca para decirme que lo leyera. Así terminó cada una de sus inolvidables lecciones, semana tras semana, durante algo más de cuatro años. Hoy he pasado la tarde estudiando en su piano, junto a todos los discos y libros que rodean la estancia en la que Miguel me enseñó, con su característico apasionamiento, a amar la música sobre todas las cosas de este mundo. Muchos alumnos sienten verdadera aversión a las escalas, arpegios y cualquier otro tipo de ejercicio. A Miguel, por el contrario, le fascinaron desde su primer encuentro con el instrumento. Encontraba un placer sensual en el contacto con el teclado y estaba convencido de que la música estaba en la mayor o menor inteligencia del intérprete para extraer algo valioso de cualquier texto, por inexpresivo que pareciese. Creo que de ahí venía su enorme capacidad para disfrutar, no sólo con la música, sino en todos los aspectos de la vida. (Daniel Barenboim, en Una vida para la música, ha escrito que desde muy temprana edad, siguió el principio de “no tocar jamás, ni una nota, mecánicamente.”)
Ya muy enfermo, fui a visitar a Miguel al hospital y lo encontré como esperaba: leyendo la prensa (ABC y El Norte de Castilla) e interesándose por mi trabajo. Era un hombre incondicional, para lo bueno y para lo malo. Yo tuve suerte: siempre estuvo de mi parte.

lunes, 11 de junio de 2007

William Saroyan


La comedia humana. En Ithaca, al oeste de los Estados Unidos, un adolescente llamado Homer Macauley emprende un viaje a los secretos del mundo desde su trabajo como mensajero en la oficina de telégrafos. En esa población y, sobre todo, a través de sus habitantes, William Saroyan muestra la descarnada presencia de la muerte y sus imborrables marcas.
(Razón y desencanto)

miércoles, 6 de junio de 2007

Naxos


He estado en Madrid esta mañana, asistiendo a la celebración del veinte aniversario de la discográfica Naxos. Los últimos registros de este sello se deben a Guillermo González: la obra completa de Ernesto Halffter para piano y un nuevo disco de la serie dedicada a Isaac Albéniz.
He ido con Luis García Vegas y allí nos hemos encontrado con Nona y Guillermo, Belén y Marc, Pepe Gómez...

martes, 5 de junio de 2007

Concierto didáctico


He disfrutado mucho haciendo un concierto didáctico esta mañana: la respuesta de los estudiantes, acompañados por sus profesores, ha sido estupenda por su atención, receptividad y cariño.
Una pequeña fiesta que me ha hecho muy feliz.

lunes, 4 de junio de 2007

Pepín Bello


Conversaciones con José "Pepín" Bello, es el libro de un superviviente, de un testigo que convivió con algunas de las personalidades más brillantes de la historia de España, y otras significativas aunque no trascendentales como las primeras. Bello, anticomunista, supo mantener su amistad con Rafael Alberti, comunista convencido. ¿El secreto?. No hablar de política, sino de todo lo que les unía. Una buena receta, sin duda. (Que me lo digan a mí, que por el único hecho de apoyar la candidatura de un amigo en las pasadas elecciones municipales, he tenido que sufrir -hoy, sin ir más lejos- unos cuantos malentendidos desagradables.)
Volviendo a los privilegiados ojos de Pepín Bello, escribo los nombres de quienes, entre otros, tuvieron una relación más o menos importante con él: Federico García Lorca, Luis Buñuel, Salvador Dalí, Ramón Gómez de la Serna, Santiago Ramón y Cajal, Miguel de Unamuno, Manuel Azaña, Pío Baroja, Dámaso Alonso, Ignacio Sánchez Mejías, Pablo Neruda, Joan Miró, Joaquín Rodrigo, Benjamín Palencia, Dionisio Ridruejo, José Moreno Villa, Francisco Bores, José Ortega y Gasset, Julián Besteiro, Miguel Hernández, Severo Ochoa...

domingo, 3 de junio de 2007

Pedro Aizpurua


Estuve el viernes con Pedro Aizpurua en su casa de Valladolid, y escuchamos el disco que he grabado con su obra pianística. Después, comenzó a mostrarme los libros que está leyendo sobre un tema que le interesa mucho: la posmodernidad. Vimos otros textos, esta vez referidos a la muerte. Lo apunto para señalar dos anécdotas que dan luz sobre el carácter de Pedro. La primera: con todas las reflexiones que está escribiendo sobre la posmodernidad, me dice que podría dar una conferencia, pero, termina, "no tengo ganas de dar conferencias". La segunda: con algunos libros en la mano, relativos a la muerte, le pregunto si le obsesiona la idea del final. Su respuesta: "A mí la muerte me parece algo estupendo".