domingo, 23 de junio de 2013

Un lugar en el mundo

La infancia se transforma a lo largo de toda la vida, y es hermoso notar los brotes de una nostalgia dulce, la emoción de unas palabras que, sin pretenderlo, habían sido olvidadas y aparecen de pronto. Sin embargo, el pasado también aumenta con la oscuridad y el silencio de la muerte: el dolor hace crecer el pasado con más fuerza que el tiempo. Esos huecos nos definen, nos constituyen y, tantas veces, son la respuesta para los silencios que no sabemos rellenar con nada, para la súbita inquietud que no somos capaces de justificar. También somos aquello que alguna vez fue nuestro: el amor que la vida despierta a su capricho y la luz que el recuerdo enciende cada día. A veces necesitamos atrapar esa luz con las palabras, sujetarla en el papel para que siga latiendo entre los dedos y poder mostrar la mayor gratitud con la misma ternura que hemos sentido al recibirla.

Escucho la voz de José Antonio Pizarro de Hoyos nombrando las estrellas al mirar por la ventana, como si nos transmitiera un mensaje que le era dictado por el asombro de la belleza. Esa belleza que, al proporcionarnos una mirada común, es la causa que nos permite reconocernos en un “nosotros”. Así, viendo mi pasado entero podría describir su secuencia ante mis ojos y agradecer el gran cariño de cada uno de los habitantes de mi ciudad, Medina de Rioseco. No hay un solo espacio suyo que carezca de sentido para mí. El ámbito se cierra pero sus pliegues son interminables: “La arena es infinita, el desierto acaba”, señala un aforismo de Fernando Aramburu. Esa arena me concierne y en ella habitan los hombres que yo he sido y sus edades, pues nuestra forma de ser es nuestra forma de amar. 
Y al dar las gracias, nos damos. 

(Artículo publicado en El Mundo, edición de Castilla y León, el 23 de junio de 2013)

sábado, 22 de junio de 2013

Medina de Rioseco


Sabía que el acto del sábado, en el que me hicieron entrega del título de Hijo Predilecto de Medina de Rioseco, iba a ser muy emocionante. Pero no pude imaginar que lo fuera hasta ese punto. 
Las fotografías son de Fernando Fradejas:







Muchas gracias al alcalde de Medina de Rioseco, Artemio Domínguez, por sus palabras y por proponer mi nombre para esta distinción que me emociona muy profundamente. Muchas gracias a todos y cada uno de los miembros de la Corporación Municipal. 
Gracias a Miguel García Marbán por su indispensable trabajo de organización y por la suerte de su afecto.
Gracias a Tere y a Pablo, que subieron al escenario con flores y sonrisas. 
Gracias a mi madre, a Alicia, Pablo y Álvaro, mis hermanos. Ellos consiguieron que mi padre también estuviera allí. 
Gracias a Angelines, María, Paco, Amador y Luis. Vuestra amistad es uno de esos dones que justifican la vida.
Gracias a Suso, Álvaro, Nigel y Yonder porque sin música nos habríamos sentido extraños.
Gracias a la Coral "Almirante Enríquez" por los recuerdos fijados en la Insignia de Plata.


Y gracias, muchísimas gracias a todos los que llenaron el Teatro Principal,  por hacernos esa mutua compañía desde hace tanto tiempo, porque el mayor premio fue ver la alegría en sus ojos. 


domingo, 9 de junio de 2013

Sornabique Solidario

Se suceden con tal rapidez los hechos y alcanzan ya un tamaño las mentiras que la sociedad no puede absorber más que atragantándose las noticias y análisis políticos ante un panorama desolador, con millones de personas atenazadas por el pánico a no encontrar un trabajo y otros millones aterrados por la posibilidad de perderlo. Casos que en otras circunstancias habrían llevado a una dimisión inmediata son arrollados y lanzados al olvido, incomprensiblemente, por la llegada de nuevos escándalos ante los que una multitud de ciudadanos muestra sólo resignación e impotencia, como si vivieran una catástrofe inevitable.
Qué difícil es sentir la libertad cuando todo alrededor segrega miedo. Y crece el egoísmo, ese silencio espeso que nos aleja del sufrimiento de los demás. En un contexto así aumenta nuestra admiración, nuestro reconocimiento hacia quienes, también afectados por la crisis, siguen colaborando activamente en la mejora de las condiciones de vida de muchos seres humanos que no conocen ni conocerán nunca.
Un gran ejemplo es el poeta Luis Felipe Comendador, al que me presentaron hace casi veinte años en Béjar, la ciudad donde siempre ha vivido: no puedo separarle de ese paisaje en el que van naciendo sus excelentes libros y dibujos –el último de ellos, Por lo menos estás vivo, junto a Hugo Izarra-, sus esfuerzos para difundir la literatura a través de publicaciones, conferencias y recitales, esa pasión noble y generosa que le llevó a fundar Sornabique Solidario, una organización que desarrolla proyectos de primera necesidad en varios países.
Una esperanza que nos ayuda a ver caminos abiertos en este mundo insensible y hostil, alzado sobre la avaricia y la indiferencia.

(Artículo publicado en El Mundo, edición de Castilla y León, el 9 de junio de 2013) 

sábado, 8 de junio de 2013

Miranda de Ebro


Toqué el jueves en Miranda de Ebro el programa-homenaje a Jordi Savall. Antes tuve un encuentro con profesores y estudiantes de música que me produjo una enorme safisfacción. 
Gracias a ellos, a los organizadores y a todo el público por su cariñosa acogida.