Aquel 28 de marzo es el título de la pieza que Francisco García Álvarez compuso en memoria de mi padre. Aquel 28 de marzo fue el de 2005.
Quien muere está ya fuera del tiempo. Mi padre murió hace seis años y quienes le quisimos y le querremos siempre, notamos su ausencia también fuera del tiempo. Sé lo que son seis años tomando como referencia cualquier suceso, cualquier persona. Pero no sé lo que son seis años al pensar en él. Tengo la impresión de que seis años pueden ser cincuenta, o uno; incluso cinco minutos; incluso nada. No sé cuántos son seis años sin verle, sin oírle cantar, sin conversar con él. Ese tiempo que vivió se resiste a ser un espacio cerrado, concreto. Ese hueco que se formó aquel 28 de marzo está conmigo cada momento. Ninguna felicidad es del todo completa, porque es la muerte un instante que jamás termina.