Me he levantado con el recuerdo del sueño: una serie de números con la que he digitado un pasaje bastante difícil de la Sonata nº 3 de Ramón Barce. Pero el sueño eran los números... no la música, ni el piano...
Por la tarde hemos ido mi hermano Álvaro y yo a ver La gran estafa, ya que no ponían en esos cines Caótica Ana, recomendada por Pedro Ojeda en su blog.
Y ahora, esta melancolía, sin saber de dónde viene, ni en qué lugar ha encontrado tanta fuerza.