Se está difundiendo intensamente, a través de las
redes sociales, una carta abierta de Josep Colom sobre el cierre del Aula de
Música de la Universidad de Alcalá de Henares. Se trata de un texto escrito con
la emoción de quien ha sido parte de ella desde que fue fundada y, además, con
la lucidez propia de uno de los más importantes intérpretes y maestros de la
actual música española.
La
situación económica es muy grave. Nadie lo duda. Pero no puede hacernos perder
nuestro criterio para distinguir lo importante de lo accesorio: la anulación de
nuestro sentido crítico sería el peor recorte
que podríamos sufrir. La cultura no es el maquillaje de una sociedad. Es tan
importante que, atendiendo a la valoración que merezca en una comunidad
determinada, sabremos deducir el nivel de multitud de facetas de su estructura
y organización, de la propia calidad de su convivencia. La
Escuela Profesional de Danza de Castilla y León está desarrollando un excelente
trabajo, con magníficos resultados tanto desde el punto de vista individual
como colectivo: un grupo de estudiantes acaba de obtener un importante
reconocimiento en un concurso internacional. Pese a todo, parece ser que, entre otros
profesionales, un porcentaje muy alto de músicos se quedará sin empleo. Creo
que vale la pena reconsiderarlo. Conozco a algunos de los que pueden ser
sustituidos por grabaciones. Son excelentes pianistas: intuitivos, dúctiles y
sensibles ante las necesidades que el alumno y el profesor de danza tienen en
un ámbito educativo del que son imprescindibles y al que se ocupan con el
máximo rigor y entusiasmo. Se percibe de inmediato al verles y escucharles. Lo
decía Martha Graham: “el movimiento nunca miente”.
(Publicado en El Mundo, edición de Castilla y León, el 8 de julio de 2012)
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