Días atrás, cuando hacía el año de la muerte de Javier Marías, el músico Diego Fernández Magdaleno ofreció un concierto que incluía obras inspiradas por libros del escritor fallecido. Fue en la Academia de Bellas Artes, y aquel recinto, marcado por las súbitas mareas de sol que desprenden las claraboyas, resonó como una obra literaria ordenada por el autor que las inspira. Hubo allí, con Diego Fernández al piano, obras de Enrique Franco (tío de Javier), Francisco García Álvarez (una versión de Berta Isla), Carme Fernández-Vidal (Javier Marías in memoriam), Jesús Legido (Corazón tan blanco, estreno absoluto), y, entre otras composiciones y compositores, una Pavana a la memoria de Xavier I, Rey de Redonda, estreno también de Francisco García Álvarez, en homenaje al rey que ahora ha dejado vacante su sede en un reinado que él, Javier Marías, cuidó tanto como cuidó las amistades y los libros.
En aquel concierto había una luz como despejada, las claraboyas emitían fogonazos que parecían ritmos de las partituras, y resultaba imposible no imaginar, con los sonidos, que por allí estaba el autor de tanta ficción escribiendo lo que ya no se podrá leer.
Diego Fernández Magdaleno le dijo a este periodista: "Al leer a Javier Marías sentimos un contexto sonoro construido por el ritmo de una sintaxis de inmediato reconocible. El aliento de la frase, la tensión de la escritura, es parte de esa música de Marías que siempre resonará en nosotros".
Artículo completo aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario