Me he levantado con el recuerdo del sueño: una serie de números con la que he digitado un pasaje bastante difícil de la Sonata nº 3 de Ramón Barce. Pero el sueño eran los números... no la música, ni el piano...
Por la tarde hemos ido mi hermano Álvaro y yo a ver La gran estafa, ya que no ponían en esos cines Caótica Ana, recomendada por Pedro Ojeda en su blog.
Y ahora, esta melancolía, sin saber de dónde viene, ni en qué lugar ha encontrado tanta fuerza.
5 comentarios:
La melancolía, Diego, es la fuerza de los tristes... déjala correr por los dedos hasta las teclas de tu piano.
Y que yo no esté cuando lo hagas... coño.
Un besote.
Diego, el otoño se va afirmando.
La melancolía es una sensación infravolarado.
Interesante tu blog.
Un saludo
A veces la melancolía es buena, para recordarte que tienes que aprovechar los momentos de alegría.
un abrazooo
y anímateeeeeeeeee
Una gran película La gran estafa.
Un beso,
Álvaro
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