miércoles, 5 de septiembre de 2007

Mateo Valero

No nacemos con las mismas oportunidades, es evidente. Ni económicas, ni culturales, ni de otra índole. Todas ellas son determinantes, imprescindibles en la vida de cualquier persona. Por eso me ha emocionado la lectura, en La Vanguardia, de un artículo sobre Mateo Valero (Alfamén, Zaragoza, 1952), director del Centro Nacional de Supercomputación, ubicado en Barcelona. Valero recibió el pasado mes de junio el premio Eckert-Mauchly, considerado el más prestigioso en arquitectura de ordenadores.

El barbero de Alfamén fue su primer orientador en las matemáticas. "Yo lo único que hacía era estudiar mucho para hacer feliz a mi padre. Una forma de hacerle feliz era demostrarle que trabajaba con los libros tantas horas como él en el campo. Yo lo tenía más fácil, pues no pasaba ni frío ni calor."
Hoy he tenido claustro en el conservatorio. Es la señal de que se inicia un nuevo ciclo. Y hablaré a mis alumnos de Mateo Valero.

4 comentarios:

Álvaro Fernández Magdaleno dijo...

Un gran hombre Mateo Valero.
Un beso.
Álvaro

Pablo A. Fernández Magdaleno dijo...

Es asombrosa (y admirable) la fuerza de voluntad de ciertas personas.

Un abrazo.

No.me.pises.que.llevo.chanclas. dijo...

Mateo Varelo un tipo impresionante!

qué vamos a hcer sin nuestras clases de acmpañamiento este año¿?

un abrazo.
Nuria.

Diego Fernández Magdaleno dijo...

Van a ser muy tristes los viernes sin vosotros.
Besos,
Diego