sábado, 23 de junio de 2018

Monasterio de Santa María de Valbuena


Ayer di un concierto en el Monasterio de Santa María de Valbuena, organizado por la Fundación Las Edades del Hombre, que dediqué a la memoria de mi querida Milagros Díez-Quijada.  





Con Ángel Murcia, Nélida Silva, Jesús Legido y Angelines Porres

 Con Pepa Amigo y Rosa Blanco

Con Alberto Cantalejo

Con Angelines Porres y José Florentino Menéndez



Obras de Ignasi ADIEGO, Pedro AIZPURUA, Benet CASABLANCAS, Teresa CATALÁN, Carlos CRUZ DE CASTRO, Joaquín DÍAZ, Francisco GARCÍA ÁLVAREZ, Jóhann JÓHANNSSON, Jesús LEGIDO, Witold LUTOSLAWSKI, Stephen MONTAGUE, Wolfgang RIHM, Albert SARDÀ, Josep SOLER y Luis VILLALBA.

viernes, 15 de junio de 2018

En memoria de Milagros Díez-Quijada

Cada edificio tiene un olor que le es propio, un olor al que se adhieren los recuerdos. Ayer, al subir por las escaleras a la casa de Milagros, olía a Bach intensamente. 
Al cruzarse conmigo, cualquier persona vería a un hombre con el pelo ya encanecido, pero sólo Milagros podría encontrarse con un chico en pantalón corto lleno de partituras y de amor por la música. Así la conocí, en su casa: era la esposa de Miguel Frechilla; después, la madre de Ana, José Miguel, Cristina y Patricia... Nunca pensé que Milagros fuera a convertirse en una de las mujeres más importantes de mi vida, con la que podría hablar íntimamente, reírme a carcajadas y quererla muchísimo, hasta cuando se enfadaba conmigo...
Querida Milagros: siento el ruido de las puertas al abrirse y cerrarse cuando paseabas del brazo por Cigales con Miguel. Siento tu alegría, la fuerza de tu carácter y esa entrega incondicional a quienes amabas. Lo siento ahora y lo sentiré siempre, porque estarás en mi memoria mientras viva.





sábado, 2 de junio de 2018

En memoria de María Jesús Sanz

Este 2018 en el que se celebra el centenario del Conservatorio de Valladolid, acabamos de perder a María Jesús Sanz, profesora de canto, compañera y amiga.
María Jesús era una mujer vital, directa y alegre, con una fortaleza que ha sido un verdadero ejemplo para todos. 
Cierro los ojos y escucho su voz. María Jesús canta y José Julio Fernández está con ella, en el piano, como tantas veces a lo largo del tiempo.
El lunes, en el conservatorio, seguirá el bullicio de la entrada y el trasiego de estudiantes con sus instrumentos. Y mientras eso sucede, muchos sentiremos la pena de no ver la sonrisa de María Jesús, aunque también sepamos que la encontraremos siempre en los territorios más queridos de nuestra memoria.