Leo en la prensa que Ricardo Vicente ha muerto ayer. Cuando la Escuela de Arte Dramático y el Conservatorio compartían edificio lo veía a diario. Era un magnífico actor, un auténtico hombre de teatro. Y una persona excelente.
Descansa en paz, Ricardo.
Ricardo Vicente fotografiado por Henar Sastre
11 comentarios:
Es una pena que haya muerto tan joven, con tantos proyectos, que nunca podrá realizar. Que descanse en paz. Un beso
¿Tan jóven? Qué lástima... Muchos besotes, M.
Recuerdo a Vicente sobre todo porque era una bellísima persona y la verdad que me ha impactado la noticia. Y es que además era muy bueno en su trabajo.
Un abrazo enorme a los familiares.
Saludos,
Luis
Da mucha más pena sentir la ausencia de la buena gente en todos los sentidos.
Besotes.
¡Qué cruel puede ser el destino a veces!
os hago llegar dos de sus trabajos como GRAN ACTOR... O COMO UN OBRERO DEL TEATRO QUE ASI SE SENTIA....
Cuarteto" de Heiner Muller. Dirigida por Ernesto Calvo y protagonizada por Blanca Herrera y Ricardo Vicente.
http://www.youtube.com/watch?v=HrHSd-piwYg
la señorita julia
http://www.youtube.com/watch?v=FnCalyrw-dM
NO LE OLVIDEIS NUNCA....
Descanse en Paz. Animo a la familia y amigos, tuve suerte de conocerlo y ver que, aparte de gran actor era una gran persona!! hay que seguir en esta injusta vida en la que se pierde a gente con tantas cosas por hacer.
Francisco Arroyo
Mi más sentido pésame a sus seres queridos...
Puedo coger cualquier espacio vacio y llamarlo un escenario desnudo,un hombre camina sobre este espacio mientras otro lo mira y esto es todo lo que se necesita para crear un acto teatral.
Todo esto me lo as enseñado tu y lo siges haciendo.Nunca te olvido ni te olviade ,ni a ti ni todo lo que me as dicho.
Somos del mismo material del que se tejen los sueños ,nuestro alrededor estra hecho de sueños.
Ricardo es el polvo de los escenarios, las carreteras a Villacañas, las noches desvelados, los escenarios vacíos, el calor de una mano, paseos por el pinar, amaneceres tardíos, cigarrillos que demoran su despedida, hígado encebollado, cocina bilbaína, camerinos con sillas de enea, mirar entre cajas, cargas y descargas, orujo de mañana y otro pueblo, otro escenario, otro recuerdo, Ricardo y el Landó, un carruaje de paso ligero que nos llevaba con el ritmo de los bailes afroperuanos a la noche donde soñábamos que era posible llegar al corazón del otro, peleas de espadas, ensayos íntimos, el misterio en algún lugar, en el fondo de las palabras que dejan su eco en el aire del patio de butacas, en lo inefable que se intuye entre bastidores cuando la respiración del público se siente como un vendaval, esquinas de Valladolid, farolas marchitas que deshojan su luz sobre las aceras, edificios hasta el cielo con alguna ventana encendida, el último taxi, el último beso... no volveremos a vernos, Vicente, y aunque no tenga ya a donde, te seguire escribiendo.
descansa en paz ricar .un vecino q estuvo con el en clase de e.g.b.
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