sábado, 27 de diciembre de 2008

Razón y desencanto



Diego Fernández Magdaleno, pianista, académico de la Real de Bellas Artes, profesor en el Conservatorio de Valladolid, entusiasta divulgador de la música contemporánea y poeta, es también autor de varios libros, la mayoría biografías, a los que ha añadido otros incluidos en ese género inclasificable que está entre el diario y la crónica. El último, titulado Razón y desencanto, pertenece a ese grupo. Comienza el 1 de enero del 2005 y es una continuación o ampliación de otro anterior, El tiempo incinerado. Aparentemente son reflexiones cotidianas sobre lo que ocurre en el mundo, el lejano y el cercano, especialmente las catástrofes con sus secuelas de maldad gratuita; las lecturas, las películas, las gentes que se conocen, las noticias de los periódicos, los amigos reencontrados, y todo ello con la enfermedad del padre como angustioso telón de fondo. Sin embargo, es mucho más que eso, porque lo que el autor hace es expresar sentimientos ante lo profundo y lo banal, con un indiscutible sentido crítico, una sutil ironía y un hondo lirismo que florece aquí y allá para atrapar al lector en el laberinto de los días. Jornadas cimentadas en todo aquello que forma parte de lo normal, esperado o seguro con lo que se construye el equilibrio vital que se rompe con las sacudidas de lo inesperado. Así, a través de esas reflexiones, el lector asiste a un tiempo reencontrado, conservado en la memoria del escritor pero, al tiempo, por lo menos en parte, en la de cuantos vieron transcurrir esos 12 meses. «No vuela nada sobre el papel. Adherida a la tinta queda ya, para siempre, la ilusión que una vez te empujaba: hoy las páginas pesan como si quisieran abrazarse». Así concluye Magdaleno el 2005 para enlazar en el 2006 con el Libro del miedo, un poemario publicado precisamente ese año. Y siguen los encuentros, los conciertos, la alegría del nacimiento del hijo, los proyectos, el inevitable vacío por los que se fueron y el ritual diario. «Sostener la pequeña ruta dibujada en mi cuarto es, quizá, la vida».

4 comentarios:

Isabel Huete dijo...

Pues sí: es una magnífica crítica que estoy segura te mereces. Estoy esperando volver a Madrid para ponerme a leerte.
¡Enhorabuena!
Un besazo.

Anónimo dijo...

¡¡Grande, grande...!!
Un abrazo,
Borja

Merche Pallarés dijo...

Cada crítica me hace esperar tu libro como si fuera ¡un hijo pródigo que vuelve a casa por Navidad! Besotes con burbujas y ¡FELIZ AÑO NUEVO!

Cuchulainn dijo...

Espero ansioso la lectura del nuevo libro. Felices fiestas y próspero año nuevo.

Un abrazo

Fernando