Por la mañana, después de un claustro en el conservatorio, he tomado un café con Jesús Legido. Me trae el libreto que ha escrito él mismo sobre El caballero de Olmedo, de Lope de Vega. Jesús tiene la dosis justa de una ilusión teñida por el escepticismo de la experiencia.
Pablo Palazuelo ha muerto. No le gustaba el término creador. Prefería autodenominarse descubridor.
4 comentarios:
Ha muerto un gran artista.
La muerte nos ha visitado a pares, a la desaparición de Palazuelo hay que sumar la de Carlos Llamas.
Dos personas, en este caso no es tópico, insustituibles.
Qué gran pérdida!!
Dejó Palazuelo una impronta magnífíca en este savonarola, como aún lo hace Luis Gordillo, Sicilia o el antiguo Eduardo Arroyo.
Una pena negra... pero geométrica
Besos, Diegote
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