Václav Havel, sobre la muerte, en Sea breve, por favor:
Nunca he intentado suicidarme, pero llevo toda la vida pensando en la muerte. Y a medida que pasan los años, pienso mucho más en ello. No sólo porque envejezco, o porque varias veces he mirado a la muerte de frente desde la cama de un hospital, sino sobre todo porque poco a poco me van abandonando mis seres más cercanos: mis padres, mi mujer, mis amigos. Es imposible no pensar en la muerte. Yo me preparo para mi propio fin de un modo un tanto burocrático: quiero dejar las cosas en orden. Por ello, entre otros motivos, me he ocupado de la edición crítica de mis Obras completas: es como si quisiera tener bajo control lo que quedará de mí. Eso no deriva sólo de mi amor al orden: ¿quién, tras la experiencia de la muerte de sus seres más cercanos y después de que la muerte se elevara incluso sobre sí mismo, no pensaría en su testamento y en disponer de forma sensata su legado? Antes estaba claro. No puedo descartar que, inconscientemente, quisiera seguir a Olga o que a menudo haya tenido la sensación de que me llama a su lado.
5 comentarios:
Muy interesante el pensamiento de Vaclav Havel. Yo tambien he sentido a veces que mis muertos queridos me llaman... Besotes, M.
Una reflexión muy sensata. No podría decirse nada más de una actitud razonable, que pretende ordenar el legado para que quede constancia de su fuerza y de su utilidad. Un fuerte abrazo. Fernando
No es obsesión, es que él quiere dejar todo en su sitio. A quién no le gustaría que todo estuviera en su sitio, todo colocado, rematado, organizado cuando el final le llegara.
Emanan tranquilidad y paz interior estas palabras
Un texto impresionante.
Un beso.
Estupendo blog, interesante artículo. No sé como, pero me tiene usted incorporado dentro de los blogs de seguimiento diario. Se lo agradezco. Yo también le incorporaré dentro de los blogs amigos de mi sitio.
Un cordial saludo
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