En mis años de estudio en Madrid pude conocer a muchas personas, además de compañeros y profesores excepcionales. Una de las más singulares y queridas era Carmen Domonte, que falleció ayer. Carmen era la destilación de una ciudad, Madrid, que estaba más en el recuerdo de quienes, como ella, mostraban un eco que va desapareciendo. Carmen, con su cigarrillo, paseaba por Argüelles como un personaje de José Luis Garci. Tuvo siempre una enorme generosidad conmigo.
Carmen: tu abierta sonrisa resonará siempre en nuestra memoria.
1 comentario:
Gracias Diego!
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