Ha muerto Ángel Torío y recuerdo ahora su conversación siempre lúcida, acompañada de una cortesía y amabilidad que van desapareciendo irremisiblemente.
Ángel era catedrático de Derecho Penal y tenía una curiosidad enorme por cualquier ámbito del conocimiento. Era un hombre sabio y un hombre bueno. Un amigo inolvidable.
En la Casa de Cervantes, con Ángel y su esposa, María Adela Abad.
En la Casa de Zorrilla, con Paz Altés, Guillermo González,
Fernando Manero, Ángel Torío y Angelines Porres.
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