La entrega el pasado viernes del Premio Servir 2012, otorgado por el Rotary Club, fue un acto inolvidable y emocionante. A ellos, con especial mención a su presidente, Eduardo Pascual Díez, les quiero expresar de nuevo mi gratitud por su generosidad conmigo.
Fue un honor recibir este premio junto al Teléfono de la Esperanza y compartir unas horas con algunos de sus voluntarios, que son un ejemplo de sensibilidad y altruismo.
Y, por supuesto, gracias a mi familia y a mis amigos, que convierten en alegría todo lo que tocan, como unos Midas de la felicidad.
¡Enhorabuena, Diego! Besotes, M.
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