Catalina Montes era -y será siempre- una referencia ética, una imagen de la dignidad más pura; del amor expresado con esa sencillez que no puede impostarse, del amor abierto a todos, sin condiciones. Qué emoción estar junto a esta mujer sabia y generosa, qué maravilloso privilegio conversar con ella, sentirla cerca, respirar su bondad.
Querida amiga: será imposible olvidarte.
No la conozco pero que en paz descanse. Besotes, M.
ResponderEliminarFue una gran profesora. Que la tierra le sea leve.
ResponderEliminarQue la tierra le sea leve.
ResponderEliminarEs difícil encontrar en la vida a personas como Catalina. Descanse en paz. Miguel
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