sábado, 2 de diciembre de 2017

Natividad de Santiago


Encontrar a Marinati, sentir la temperatura de su mano, de su abrazo, de esa amistad siempre dulce y auténtica; encontrar a Marinati, pese a su muerte, en toda la ternura que nos regalaba, en ese mundo que hacía más hermoso sin apenas darse cuenta: así, como sucede algo irrepetible ante nuestros ojos.


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