la introducción del espectador en otra época es muy parecida a la rosa púrpura, pero se tira un florero en el guión de esta. Cuando aparece Dalí y compañía, algunos espectadores detectan que es un anacronismo, hasta que más tarde se dan cuenta en la escena en que aparece Toulouse-Lautrec que nos está llevando de viaje, pero en varios viajes perfectamente encajados. La elección de la chica también es perfecta, podría haber elegido a Kiki de Montparnasse, o Susan Valadón, como modelos entre épocas, pero no, (intenta decirnos que nunca hemos leído lo suficiente) y la musiquilla pues que muy acertada, para silbar la melodía, es tan pegadiza que seguro que usted ya la ha traqueteao al pianolo ¿a que sÍ?
La vi en Madrid y me encantó. Besotes, M.
ResponderEliminarComo en la mayoría de las películas de Woody Allen, me quedé a medias.
ResponderEliminarla introducción del espectador en otra época es muy parecida a la rosa púrpura, pero se tira un florero en el guión de esta. Cuando aparece Dalí y compañía, algunos espectadores detectan que es un anacronismo, hasta que más tarde se dan cuenta en la escena en que aparece Toulouse-Lautrec que nos está llevando de viaje, pero en varios viajes perfectamente encajados. La elección de la chica también es perfecta, podría haber elegido a Kiki de Montparnasse, o Susan Valadón, como modelos entre épocas, pero no, (intenta decirnos que nunca hemos leído lo suficiente) y la musiquilla pues que muy acertada, para silbar la melodía, es tan pegadiza que seguro que usted ya la ha traqueteao al pianolo ¿a que sÍ?
ResponderEliminar