El martes toqué en París, dentro del ciclo Spirales que organiza el Instituto Cervantes.Me alegró mucho conocer a Raquel Caleya y al resto de miembros del Cervantes con los que pude hablar. Todos fueron extraordinariamente amables.
Estrené tres obras: Preludio II, de Carlos Cruz de Castro; Reflexiones sobre un motivo de Cabezón, de Francisco García Álvarez y Dos corales sobre un glosado de Cabezón, de Josep Soler.
Al concierto asistieron varios compositores, como Carme Fernández-Vidal y Francisco García Álvarez, además de Elena Martín, la viuda de Ramón Barce.
Una gran sorpresa fue encontrar en el público a Esther Ferrer, que hizo muy divertida la cena posterior.
Tere y yo hemos disfrutado de unos días maravillosos en París, empezando por el Hotel Meliá Colbert, excelente en cuanto a sus instalaciones, situación y personal. (Gracias, Isabel, Antonio, Alfredo, por vuestra atención).
París es una ciudad bellísima e inabarcable. Volveremos pronto.
ay!! cuánto me hubiese (o hubiera, jjj) gustado estar allíiii, en el concierto...en la cena...en París...
ResponderEliminaray!!
Dieeego...besoooos
Cuánto, cuánto, cuánto me alegro, querido Diego, que hayas ido a París!
ResponderEliminarPara un hombre con una vasta cultura como la tuya, habrá sido un placer infinito recorrer sus calles, admirar sus construcciones y museos y galerías.
Espero de corazón que vuelvas cuantas veces te sea posible!
Precioso París, para volver muchas veces.
ResponderEliminarSeguro que tu concierto fue todo un éxito, porque París bien vale un concierto... Estupendas fotos. Muchos besotes, M.
ResponderEliminarCon toda seguridad no será tu último concierto en Paris.Un abrazo,Pilar y Maggüel
ResponderEliminarQuerido Diego, espero que tu no nos hayas abandonado como tus hermanos (especialmente Pablo...). Ánimo que eres el único Fernández-Magdaleno que ¡te curras el blog! Tienes que seguir dejando el pabellón bien alto, querido. Besotes, M.
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