jueves, 30 de julio de 2009

José-Antonio Pizarro de Hoyos

José-Antonio Pizarro de Hoyos era un hombre que amaba profundamente la vida. Se ponía de manifiesto en la emoción con la que hablaba de sus múltiples pasiones: la medicina y la literatura, por encima de todas. Pero hoy recuerdo una de las conversaciones que mantuve con él, siendo yo aún adolescente, en la que me asombró su discurso acerca de las estrellas y, después, sobre arqueología.
José-Antonio residía en Vitoria, aunque fue un riosecano enamorado por completo de su ciudad natal.
Verle en cualquiera de las terrazas de la calle Mayor constataba la presencia del verano. Y ha sido precisamente ahora, bajo la luz prodigiosa de nuestra Tierra de Campos, cuando nos enteramos de su muerte este domingo.
Uno de sus hijos contó en el funeral que las últimas palabras de José-Antonio estuvieron dedicadas a su esposa, como tantas otras veces en versos y relatos. Esta vez fue conciso y capaz de resumirle todo en tres palabras: "Te quiero mucho".

Siempre le recordaremos.

viernes, 17 de julio de 2009

Tarrasa y Barcelona

Tere y yo hemos pasado tres días estupendos en Cataluña.
El martes, Enric Ferrer, siempre bienhumorado, nos recogió en el aeropuerto. Por la tarde, participé en una mesa redonda sobre el estructuralismo y la emoción, junto a Enric, Carles Guinovart, David Padrós, Víctor Rebullida y Albert Sardà, dentro del curso que se lleva a cabo en Tarrasa. A su término, di un concierto con la presencia de un buen número de compositores, con los que me fotografió mi querida Cati Santos.

De izquierda a derecha, con Enric Ferrer, David Padrós, Carles Guinovart, Jordi Codina, Armand Grèbol, Albert Sardà y Víctor Rebullida.

Los dos días siguientes, en Barcelona, nos permitieron disfrutar de los paseos y, sobre todo, de algunas visitas excelentes. Descubrí la Librería Anticuaria Farré, dirigida por un hombre lleno de vitalismo, inteligencia y esa sagacidad tan necesaria y característica de su oficio.
Adquirí unos cuantos tesoros, naturalmente.

lunes, 13 de julio de 2009

Elena Martín

Nada salió ayer conforme a los planes previstos: pensábamos ir a la finca que Carlos Galán tiene en Salamanca y diversos inconvenientes lo impidieron. Pasé el día con Elena Martín, hablando, por supuesto, de Ramón Barce, junto al que pasó toda su vida. Una plenitud que ahora se ha convertido en inabarcable tristeza por su falta.

Escribiendo, ayer, en la casa de Luis García Vegas.

miércoles, 8 de julio de 2009

El Escorial

Toqué el viernes en El Escorial, dentro del ciclo Clásicos en Verano de la Comunidad de Madrid. El concierto era un homenaje a Agustín González Acilu, que no pudo asistir por un repentino ataque de gota, una enfermedad tan conocida en el monasterio... Sí vinieron Elena Martín y Carlos Cruz de Castro, con el que Álvaro y yo cenamos después. Pude estar con Eutimio Bullón, compositor y amigo, casado con la hija pequeña de mi primera profesora de música.

Y para hacer el día totalmente inolvidable, llegó Alicia Seminara: fue maravilloso conocerla.

domingo, 5 de julio de 2009

Recordando a Miguel Frechilla

Cada cinco de julio llamaba a Miguel Frechilla para felicitarle por su cumpleaños. Siempre respondía lo mismo: "estoy mejor que nunca".
Hablábamos prácticamente a diario y así, también a diario, le recuerdo. Y le echo de menos. Su afecto incondicional, su inteligente conversación, su infatigable espíritu optimista no han encontrado un sustituto en mi vida.
Fue mi profesor; después, mi compañero en el conservatorio; siempre, mi amigo: un maestro en el más bello sentido de esa palabra que muy pocos son capaces de llenar.

miércoles, 1 de julio de 2009

Escuela Infantil

Se celebró ayer una fiesta en la Escuela Infantil a la que ha asistido Pablo durante este curso. Una de las ventajas de vivir en Medina de Rioseco consiste, por ejemplo, en saber qué manos van a cuidar de tu hijo. Los profesionales de la Escuela Infantil son extraordinarios. He comprobado el afecto y la sensibilidad que muestran con los niños, su dedicación rigurosa, paciente y atenta.
Esta Escuela es una maravilla.
Felicidades.

Foto de Marco Sahagún