domingo, 23 de diciembre de 2018

Un diario para Miguel Frechilla


Domingo, 6 de mayo de 2018

Acabo de grabar Rêve pour Miguel, una pieza que te ha dedicado Jesús Legido. Se la pedí para estrenarla en el acto inaugural del Centenario de nuestro conservatorio.
  Pensé mucho en ti ese día, igual que pienso ahora, con la imagen de la cámara y los micrófonos aún reciente. 


Miércoles, 9 de mayo de 2018

En septiembre hará diecisiete años que no estás y, de nuevo, he creído verte en la calle Duque de la Victoria: un hombre con periódicos bajo el brazo, cerca del antiguo edificio de El Norte de Castilla. Allí donde me presentaste a Miguel Delibes, con esa pasión tuya, que te hacía fuerte en algunas ocasiones y tan vulnerable en otras. Delibes hablaba con una precisión deslumbrante y, desde ese día, en cada nuevo encuentro, fue extraordinariamente amable conmigo. 
  Mientras anoto estas palabras, escucho el timbre de su voz y siento tu mano sobre mi hombro. 


Martes, 15 de mayo de 2018

Salgo del conservatorio a esa hora en la que el día, más que terminar, se aleja. Hay, en el vestíbulo, niños y jóvenes, madres y padres esperándolos. Qué ligera es esta luz que sólo acaricia, que espera sin ansia el silencio y la noche.


Miércoles, 16 de mayo de 2018

En una entrevista con Fernando Altés, datas el comienzo de la música en tu vida: “Tendría poco más de tres años. Oí algo que me impresionó. Eso fue todo”.


Viernes, 18 de mayo de 2018

Cuando murió mi padre vinieron cientos de personas a ofrecernos su afecto y su consuelo. En el funeral recordé una de las ideas esenciales de Tierras de penumbra: “El dolor de ahora es parte de la felicidad de entonces”.  Ese día, el 28 de marzo de 2005, nació un silencio nuevo. Y sigue aquí. Ya para siempre. Conmigo.


Domingo, 20 de mayo de 2018

En su artículo de El País Semanal, escribe hoy Javier Marías que “la memoria es sólo a medias gobernable, y cualquier detalle convoca recuerdos desterrados hacía décadas”. Al estar dirigido a ti, este diario provoca un reflejo tuyo en todo aquello que miro. Y qué hermosa sorpresa es encontrarte a cada paso. 


Martes, 22 mayo de 2018

He hablado de ti a un grupo de alumnos, y he intentado explicarles esa frase que te gustaba repetir y sintetiza muy bien tu actitud como pianista: “La interpretación no admite arbitrariedades”. 


Viernes, 25 de mayo de 2018

Al revisar unas carpetas, compruebo que el 9 de noviembre de 1989, cuando caía el Muro de Berlín, mi padre y yo estábamos en la Real Academia de Bellas Artes para escuchar una conferencia tuya: “Rubinstein: pianista del siglo”. 


Martes, 29 de mayo de 2018

Caen unas gotas de tristeza sobre la memoria tan dulce que trae la primavera…

Publicado en el libro destinado a conmemorar el 
Centenario del Conservatorio de Valladolid

viernes, 21 de diciembre de 2018

La armonía y el tiempo. En memoria de Benigno Prego

Benigno Prego tenía una fotografía en blanco y negro que temblaba en sus manos: era la imagen de dos niños músicos, tomada en una aldea de Galicia. Al principio me fijé en los detalles, en los instrumentos, en la ropa, en cierta tristeza que rodeaba la escena. Pero pronto me di cuenta de que lo importante estaba en los ojos de Benigno, en cómo se reconocía junto a su amigo Rogelio Groba y recorría ciudades y nombres a través de la memoria. Dos veces hizo intención de hablar, pero guardó silencio. Mientras tanto imaginé los territorios que cruzaba: la vida en Gulanes, el esfuerzo de sus estudios en Madrid con Francisco Calés y Cristóbal Halffter o el recuerdo de las enseñanzas de Federico Mompou y Jesús Bal y Gay; el paisaje desde el tren, en los innumerables viajes donde anhelaba la presencia de su esposa, nuestra querida Tinuca, y sus hijos. 
Benigno Prego fue exigente con todos y a nadie exigió tanto como a él mismo. Compuso música para voz y piano, cuarteto de cuerda, quinteto de viento…, pero estoy seguro de que su severa autocrítica nos ha privado de una obra mucho más amplia. 
En el Conservatorio de Valladolid y en la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción hemos perdido a un maestro generoso, a un hombre culto y discreto, a un gran amigo que nunca olvidaremos.

Artículo publicado hoy por El Norte de Castilla 

jueves, 20 de diciembre de 2018

Una fotografía dedicada por José Cubiles a Isabel Guerras

El 20 de mayo de 1955, José Cubiles dedicó esta fotografía a Isabel Guerras, alumna suya en el Real Conservatorio de Madrid. 
Isabel Guerras tocó en la prueba de acceso las 32 variaciones en do menor, de Ludwig van Beethoven, y Evocación, de Isaac Albéniz.  



viernes, 7 de diciembre de 2018

Catalina Montes: En torno al "Libro del Miedo", de Diego Fernández Magdaleno

Catalina Montes, siempre maravillosamente amable y generosa, presentó mi Libro del Miedo (2006) en el Museo Patio Herreriano. Hoy he encontrado su texto en una carpeta llena de recuerdos. Aunque nos falte su voz, aquí están sus palabras, junto a mi gratitud.